Durante años, la curva en el sector El Guindo, hacia el poniente de Nacimiento, por la Ruta de la Madera, se ganó una muy triste fama. Era habitual que, de tiempo en tiempo, algún conductor tomara la curva a una velocidad mayor a la recomendada lo que, unido a errores en su diseño, causaban que su viaje terminara en lo profundo de una zanja.

Muchas veces se contaron historias trágicas en ese punto de la carretera, con decenas de fallecidos en sus más de 25 años, por lo que se ganó una denominación por parte de aquellos conductores habituados a recorrer ese tramo: la curva de la muerte.

Es que la Ruta de la Madera, que en poco más de 108 kilómetros une a Nacimiento con Concepción por Santa Juana, fue la que estrenó el sistema de concesiones de carreteras, el mismo que permitió – por ejemplo – construir una nueva Ruta Cinco Sur, de alto estándar, que redujo los tiempos de viaje y, principalmente, la cantidad de accidentes y víctimas fatales.

Pero en la Ruta de la Madera – inaugurada en 1994 – serpentea por la abrupta geografía de la Cordillera de Nahuelbuta (o de la costa), en varios tramos sin berma ni posibilidad de estacionarse. Además, durante años arrastró el estigma de tener el peaje más caro de Chile, situación que se revirtió hace unos ocho años cuando se puso fin al contrato de concesión con la empresa responsable.

En ese mismo tiempo, el Ministerio de Obras Públicas (MOP) decidió enfrentar este problema de manera definitiva y a través de una importante intervención, se redujo la peligrosidad luego de sacarle un buen pedazo al cerro que daba origen a la pronunciada curva. Además, se mejoraron ostensiblemente las señales de advertencia en ambos sentidos, de tal manera de no encontrarse con conductores desprevenidos por el riesgo que se avecinaba.

Sin embargo, aunque la Ruta de la Madera resolvió la seguridad en uno de sus tramos más difíciles (hace más de cinco años que no se reporta accidentes fatales en ese lugar), sigue teniendo sectores cuya peligrosidad se mantiene intacta. Además, siempre está latente la posibilidad que las lluvias u otro fenómeno de la naturaleza causen cortes en la vía, tal cual como ya sucedió en 1998 y 2006.

ESTUDIO DE INGENIERÍA

Al respecto, el director regional de Vialidad, Claudio Deney, confirmó que el MOP está realizando un estudio de ingeniería para aumentar la seguridad de esa carretera, especialmente en las secciones más complicadas. “La idea es actualizar los diseños viales para generar variantes geométricos en los sectores de alta conflictividad, aumentando la seguridad en la carretera”, precisó la autoridad regional.

Dicho estudio va desde el kilómetro 26 al 50 e implica la rectificación de trazados, el mejoramiento de las intersecciones y mejoramiento de la seguridad vial en su paso por la localidad de Santa Juana.

El personero explicó que el análisis debiera estar concluido en el primer semestre del próximo (en la actualidad, se lleva un 30% de avance).

El paso siguiente es la obtención de los recursos para su materialización que, de manera preliminar, implicaría un desembolso de 30 mil millones.

Claudio Deney precisó que “debido a su costo, se pretende realizar en tramos, priorizando aquellos sectores que no requieren expropiaciones, como los borde de ríos o de la faja fiscal, de tal forma que las obras se puedan realizar lo antes posible”.

MANTENCIÓN

En forma adicional, el Ministerio de Obras Públicas aumentó de 2 mil 100 a 3 mil 700 millones de pesos el ítem destinado a la conservación periódica de la Ruta de la Madera que permitirá cambiar los tramos dañados en toda su extensión.

Fuente: la Tribuna